Jóvenes empresarios: protagonistas del cambio generacional


Por Florencia Da Souza y Agustín Haudet

Se viene registrando en nuestra provincia la tendencia a que personas que rondan los 40 años ocupen puestos de decisión en distintas entidades. Sus opiniones y proyectos.

Son jóvenes pero tienen muchas responsabilidades. Algunos dirigen las empresas familiares que fundaron sus padres y otros gerencian emprendimientos de categoría. En común tienen que están a la cabeza de diversas instituciones que nuclean a empresarios y representantes de su rubro por lo que no sólo trabajan para sí mismos sino que intentan armar colectivos y causas comunes con quienes se dedican a actividades afines.

Leonardo Andreu, presidente del CEM; Fernando Porreta, al frente de la Cámara de la Construcción; Fernando Barbera, vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros, Gastronómicos y Afines de Mendoza (Aehga); Belén Graffigna y Oscar Anunziata -ambos activos representantes de la cámara hotelera- cuentan sus experiencias en estos puestos y la relación que establecen con sus pares.

Además, Marisol Biaggi, presidente de la Delegación Mendoza del Consejo Profesional de Relaciones Públicas, relata cómo es gestionar una asociación con los encargados de las relaciones de las empresas más importantes de la provincia.

En líneas generales, estos empresarios reconocen que desde una empresa pueden generarse muchos beneficios para la sociedad. Así, conciben el rol del empresario como un actor fundamental para el desarrollo de la provincia y trabajan para eso.

En relación con la economía, no creen que este año sea fácil de afrontar pero, por eso mismo, buscan fomentar -a través de sus asociaciones- distintas medidas para disminuir el impacto que pueden tener las malas ventas y la baja rentabilidad que se espera para 2012.

Estos empresarios que -a pesar de su relativa juventud- conocen de sobra los secretos del mercado al que se dedican, provocaron, en muchos casos, una suerte de renovación en Cámaras que hacía tiempo estaban dirigidas por las mismas personas o por empresarios de mayor edad.

En este sentido, aunque valoran la tecnología y la profesionalización de las tareas, están convencidos de que quienes tienen más años y experiencia pueden aportar mucho al trabajo que se realiza en conjunto. Aunar voluntades no parece sencillo de llevar adelante pero están convencidos de que el trabajo, las buenas ideas y el compromiso, son las claves del desarrollo.

Leonardo Andreu: “La experiencia es una forma de aprendizaje”

Leonardo Andreu es, desde diciembre del año pasado, el presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM). Está casado y tiene dos hijos. Con tan sólo 39 años, este joven abogado, magister en Derecho Empresario, ocupa la silla que alguna vez tuvieron Enrique Pescarmona o Mario Groisman, entre otros.

Además, continúa siendo el gerente administrativo y de personal de Transportes Andreu, la empresa familiar que fundó su padre, en la que él se formó y a la que apuesta para su futuro y el de sus hijos.

Asegura que sus ganas de contribuir al desarrollo de Mendoza fue lo que lo impulsó a presidir esta institución que nuclea a 21 de los empresarios más influyentes de la provincia.
Está convencido de que el aporte de los jóvenes a las distintas organizaciones puede servir para discutir nuevas ideas y hacer las cosas en forma distinta. Sin embargo, reconoce que “la experiencia es una forma de aprendizaje y de conocimiento invalorable. La poseen las personas mayores y hay que tratar de absorberla de ellos, evitando cometer los errores que ellos cometieron”.

Andreu se muestra seguro frente a las responsabilidades que tiene al frente del CEM. Se ha propuesto un gran objetivo para este año que es la concreción de propuestas elevadas al Gobierno como la puesta en marcha definitiva de la ventanilla única para la creación de empresas, mediante la simplificación de trámites y reducción en los tiempos “contribuyendo de esta manera a mejorar el clima de negocios. Estamos trabajando, también, en una propuesta relativa a la captación y canalización de nuevas inversiones”, agregó.

No cree que su juventud signifique un impedimento para llevar adelante una buena gestión. “No es bueno que tanto personas mayores, como jóvenes, interactúen con prejuicios sobre personas de distinta edad. La edad no debe ser un motivo de desacreditación”, afirmó. “Como empresario siempre busco la conciliación y la predisposición hacia el aprendizaje”, confió.

En este sentido, Andreu explicó que tratarán -junto con Julián Groisman, vicepresidente y también sub 40- de mantener la seriedad, jerarquía y representatividad del CEM. “Con esta gestión buscamos tener una participación activa en la toma de decisiones, como actores sociales fundamentales que contribuyan al desarrollo social y económico de nuestra provincia”, concluyó.

Oscar Anunziata: “Las instituciones deben innovarse y desarrollarse”

Oscar Anunziata tiene 34 años, es soltero y licenciado en Administración de Empresas. Actualmente gerencia el Apart Hotel San Lorenzo y ocupa el cargo de presidente de la Cámara de Hotelería de Mendoza. Está en el rubro desde hace 14 años.

Anunziata es otro de los representantes de este fenómeno generacional que posiciona en los cargos directrices a jóvenes profesionales con formación y capacitación, en empresas tradicionales cuyos propietarios han ido cediendo espacio a la creatividad, ejecutividad y capacidad de innovar de los que quieren abrirse camino en este tan competitivo mercado que impone el mundo de las empresas hoy por hoy.

“Antiguamente -dice Oscar Anunziata- se podía relacionar a las instituciones con corrientes de pensamiento, ideas políticas o intereses, por qué no, partidarios. Hoy se trata de cambiar y encontrar a jóvenes que sólo se comprometan con los intereses del sector en el que se van a desempeñar. En mi caso en particular el de la hotelería, tratando de posicionar la marca “Mendoza en el resto del país y en el mundo”.

Una muestra del pensamiento de este joven dirigente se encuentra en su visión muy ajustada del negocio hotelero:

“Los negocios en este nivel se generan a partir del aprovechamiento de una oportunidad de mercado que se presenta a través de la infinidad de demandas e intereses de los huéspedes. Hoy, la herramienta más importante para satisfacer esta amplitud de demanda es la información y mientras más completa sea ésta, mayor será nuestra capacidad para entender el comportamiento de los consumidores. A nivel institucional el negocio se mira desde la satisfacción de los intereses de los socios y de la provincia y las herramientas son los convenios y la sinergia de trabajo”.

El ejecutivo entrevistado va más allá cuando dice advertir “un mercado más agresivo que entiende que las instituciones no sólo tienen que ser representativas sino que siempre deben estar innovando y desarrollando nuevos atractivos para competir con éxito”. Sus inquietudes quedan al descubierto cuando manifiesta sus necesidades de desarrollar un emprendimiento propio que incluya nuevas actividades para los turistas, que ayuden a completar el abanico de ofertas que hoy existe.

“Además -agrega- es un orgullo poder dirigir la Cámara por la confianza que depositan en mí los hoteleros reunidos en ella. Hemos logrado una excelente coordinación de trabajo, adhesión de nuevos establecimientos, convenios y una posición de permanente conciliación y cooperación con el Estado, independientemente de los funcionarios que lo representan”.

Fernando Barbera: “Los jóvenes no participan mucho en organizaciones”

Fernando Barbera cumplió 25 años de profesión. Con 48 años de edad, este empresario gastronómico continúa al frente de los restaurantes con los que su familia llegó a convertirse en una de las más reconocidas de la provincia.

Alentado por sus padres, comenzó a trabajar desde muy chico en los negocios de la familia. En la cocina que dirige su madre (la conocida María Teresa Barbera) aprendió el oficio.

Asegura que allí también entendió cómo se maneja una empresa. “Descubrí que la rentabilidad es una consecuencia por hacer bien las cosas: cuidar a la gente que trabaja en la empresa, ofrecer un producto que, a los ojos de los clientes, tenga una excelente relación calidad-precio y fundamentalmente hacer el trabajo con amor”, cuenta Barbera.

Está convencido de que el rol del empresario dentro de la sociedad es mucho más profundo que ganar plata. Asegura que en la empresa se puede crear valor económico, social y ambiental para toda la sociedad. Parafraseando a Quino, se define como “un empresario consiente sabe que para amasar una fortuna no es necesario hacer harina a los demás”.

Con esa concepción de la vida empresarial, Fernando ha participado de distintas instituciones. Hoy es el Vicepresidente de la Asociación de Empresarios Hoteleros, Gastronómicos y Afines de Mendoza (Aehga). A esta organización llegó después de trabajar varios años en Valos. También es parte de Nuestra Mendoza, desde donde trabajan en ordenanzas municipales que exigen, por ejemplo, que el intendente presente planes de metas (para mejorar la calidad de vida de los vecinos) y rinda cuentas anualmente.

“En general los jóvenes no participan mucho de organizaciones empresarias porque están muy ocupados en sus empresas y no comprenden la cultura de las asociaciones y lo que significa participar. Cuando participan aportan ideas nuevas, profesionalismo y entusiasmo. En lo que se pueden equivocar es en ser impacientes con los dirigentes que llevan años trabajando para la institución. Es necesario paciencia para poder tomar lo mejor de la experiencia y mezclarlo con las ideas nuevas”, finalizó Barbera.

Fernando Porreta: “Hay que tener en cuenta la profesionalización”

Ingeniero Civil, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo, Fernando Porreta (37) es el flamante presidente de la Cámara Argentina de la Construcción de la provincia. Este mendocino -casado y con 4 hijos- preside, además, Ceosa, la empresa constructora que fundaron sus padres: Juan José Porreta y Amalia Furiasse, en la década del ’70, que hoy cuenta con 1.500 empleados y desarrolla obras no sólo en Mendoza (el proyecto del Metrotranvía Urbano, es el más importante) sino también en otras provincias y en países como India (actualmente realizan una obra de riego).

Con la misma convicción con la que enfrenta su función dentro de la empresa, asume sus responsabilidades frente a la Cámara. “Encaro mi trabajo siempre con mucho profesionalismo y dedicación y, por supuesto, con especial atención al personal, que es lo más importante a la hora de hacer negocios. Como dice mi papá: es fundamental rodearse de gente buena y capacitada”, definió.

Así, el esfuerzo, la calidad y la capacitación permanente son premisas indispensables en la vida del empresario, quien dedica cerca de 15 horas diarias a su trabajo y cree que en estos tres aspectos radica el éxito en un medio tan competitivo.

Esa profesionalización necesaria en toda tarea es el objetivo próximo a cumplir dentro de la agrupación. “En la Cámara hemos logrado unir fuerzas con una generación de jóvenes y la anterior, que es más experimentada. No existe una renovación generacional, como muchos piensan; sino una continuidad con nuevos aspectos a tener en cuenta, por ejemplo, la profesionalización. Nuestro potencial como Cámara, está en reunir distintas generaciones, experiencias y trayectorias”, contó.

En el marco de las concreciones en este corto período como presidente, Porreta ha reforzado el trabajo en conjunto con todas las Cámaras de la Construcción locales y ha comenzado la proyección de un plan de 200 viviendas por año para los asociados de la Cámara que comenzará en dos meses más.

“Si mantenemos el ritmo de 2011, nuestro sector seguirá muy bien. Es fundamental que no se caigan los puestos de trabajo y para esto, los planes de viviendas van a servir. Esto está íntegramente ligado a la capacitación de la persona. Por eso, apuntamos a lograr la implementación de escuelas técnicas para el trabajador”, finalizó el empresario.

Belén Graffigna:“Es necesario mostrar un perfil más empresario”

Belén Graffigna es licenciada en Administración Hotelera, tiene 38 años y está casada. De su unión matrimonial nacieron tres hijos. Hace 11 años que trabaja en la industria y desde hace 6 es la coordinadora de la Cámara de Hotelería de Mendoza.

“Después de recibida, mi experiencia comenzó en hoteles en funcionamiento; luego vinieron varias inauguraciones de establecimientos de distinta categoría; pasé por labores como la capacitación del personal, entrenamiento a diferentes niveles de empleados y, actualmente alterno con la Cámara una tarea con un grupo hotelero que posee 5 establecimientos en la Argentina y Estados Unidos. Si dijera que todo esto es por inquietud propia estaría olvidando mencionar que mi familia ha estado vinculada durante muchos años a la actividad hotelera. Es algo que, podría decir, traigo en la sangre”.

Esta joven ejecutiva, que no duda en adjudicar al uso de la tecnología, a la constante y necesaria profesionalización de las actividades, al desarrollo alcanzado por la sociedad y a la permanente evolución de las empresas, la cada vez más llamativa participación de los jóvenes en cargos directivos, asegura que muchos emprendimientos que nacieron como inquietudes familiares hoy se ven en la necesidad de mostrar “un perfil más empresario”, no sólo porque las condiciones del mercado así lo exigen sino también porque las pautas de competitividad necesitan de profesionalismo y capacitación para poder enfrentar con éxito una campaña de desarrollo.

“En el caso de los hoteles hay que tener en claro que la promoción siempre debe estar ligada al destino y por esto es fundamental el trabajo en conjunto con el Estado y la sinergia de las entidades privadas para la difusión de Mendoza como destino turístico ligado a sus bondades como paisajes, vino, termas, aventura y congresos. Todas estas actividades tienen como cabezas visibles a jóvenes emprendedores profesionales en distintas materias que, en los últimos años, han producido una verdadera revolución en el campo de la economía”.

Graffigna advierte que la Cámara de Hotelería de Mendoza está en un proceso de formación. Sus 10 años de existencia han estado, además de cuidar los intereses gremiales del sector, casi enteramente destinados al posicionamiento de su lugar en el mercado local y a la promoción fuera de Mendoza.

“Hoy el desafío es lograr el trabajo en conjunto de los hoteles de Mendoza, la correcta coordinación y mucha constancia para materializar acciones beneficiosas para todos. Espero para 2012 que la demanda continúe creciendo y que se puedan mejorar las condiciones para la industria en general que tienen que ver con las cargas impositivas y los constantes aumentos de costos que ponen en riesgo, por supuesto, la rentabilidad del sector”.

Autores Florencia Da Souza y Agustín Haudet -economia@losandes.com.ar
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Puedes encontrar más material relacionado al presente, en nuestros Blog
Gestión y Dirección de Empresas Familiares http://ingjosewquan.blogspot.com
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7 claves para emprender con éxito

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El día de ayer (lunes 12 de marzo) viendo la sección de Finanzas Personales (economía) de «Primera Página» (Globovisión), con la periodista Jessica Morales (@jessicamorales) entrevistando a la Directora Ejecutiva de Venezuela Competitiva: Dunia de Barnola (@duniadebarnola), se plantearon de forma muy didáctica, lo que considera la entrevistada como las siete (7) claves para emprender con éxito, lista que comparto con nuestros lectores:

1.- Olfato: Se refiere a la detección de oportunidades. Es aquella facilidad en la percepción de espacios que pueden llenarse con un servicio o un producto. Es poder determinar ese momento y el público al cual puede ir una solución a un problema, que posiblemente el resto de las personas, ni siquiera sabe que es un problema o que les falta dicho servicio o producto. Un ejemplo planteado, fue la introducción del queso de cabra o de las salsas gourmet en el mercado nacional.

2.- Dispuesto a aprender: Es la necesidad de estar abierto a obtener la información de las experiencias o lecturas, con respecto a aquellos que han tenido éxito, e incluso, de aquellos que no los han tenido. Puede entenderse como la necesaria curiosidad de un emprendedor, y del requerimiento a saciar esa sed de conocimientos en un área específica.

3.- Planificación: La planificación tiene que ver con pensar o crear un esquema o bosquejo del futuro a mediano y largo plazo, es decir, se debe visualizar como mínimo donde se quiere estar en los próximos cinco (5) años, y esto no debe ser una lista de deseos, sino que debe incluir, que recursos necesito, como lo haré o lograré, descripción de los pasos necesarios, las personas que pueden ayudar, e incluso, un plan B, por si acaso, no se dan las condiciones previstas.

4.- Liderazgo: Todo emprendimiento requiere un equipo, bien sea porque trabajan con él o porque lo apoyan por ser familia o amigo del emprendedor, por ello, es necesario que tenga claridad de visión y capacidad de expresarla. Esta condición también será necesaria cuando deba presentar su proyecto, producto o servicio a sus potenciales clientes y/o proveedores. En este enlace podrá acceder a frases celebres sobre liderazgo.

5.- Pasión: Es la necesidad (vocación) de llevar adelante un proyecto, porque la vida se va en su sueño. Logra ir más allá de las dificultades, porque emprender es un camino largo y arduo, por ello, se requiere de una convicción más allá de lo solamente racional, se requiere lo emotivo, lo capaz de convencer al otro que lo observa o escucha, sobre su emprendimiento.

6.- Capacidad de Impactar tu entorno: Para que un emprendimiento sea sustentable, debe generar impacto positivo en su comunidad. Los emprendedores y los emprendimientos encapsulados o encerrados en sí mismos, no pueden generar redes necesarias para sobrevivir en el tiempo. Es necesario, no sólo crear políticas de responsabilidad social, sino involucrarse o estimular actividades que permitan al entorno identificarse con el emprendimiento o empresa a desarrollar.

7.- Claridad Financiera: En este punto, es necesario tomar en cuenta dos aspectos. Uno personal, relativo a los valores del emprendedor, lo que incluye la responsabilidad, la integridad y la honestidad, como pilares que le permitirán mantener relaciones financieras claras con sus proveedores, clientes y asociados, y otro, sobre conocimientos prácticos, que van desde una idea sobre contabilidad, flujo de caja, depreciación, inventarios y un largo etcétera que debe conocer el emprendedor, para poder llevar un control del negocio, y poder planificar acertadamente, con la realidad económica de su emprendimiento.

En conclusión, estos siete (7) aspectos resultan claves para poder desarrollar un emprendimiento exitoso, según la Dra. Dunia de Barnola, puntos expuestos en una corta pero fructífera entrevista matutina, cuyo resumen hoy comparto con ustedes.

Por Fernando Fuentes Pinzón

@emprendovzla

8 Reasons To Choose A Startup Over A Corporate Job

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You’ve graduated from college, diploma in hand (or in the mail), and you have a couple of job offers on the table. Other than being one of the lucky graduates in a weak economy, you have a choice to make. On one hand is a high-paying entry level position at a reputable brand in your field. On the other hand is a job offer from a small startup that is just kicking off. You’ve seen their product, believe in their mission, and like their approach, but aren’t sure you want to take on the risk of working at a startup. You’re leaning toward that corporate job and good pay with nice benefits. The smart choice.

Or is it?

Here are 8 reasons why you should take the plunge and enter the startup world instead.

1. You’ll have more responsibility.

Working at a startup probably means you’re part of a small team, most likely in the single digits. Because of the nature of having such a small team, there is probably nobody else in the company who has the same skillset as you, approaches problems in the same way you do, or even thinks the same way you do.

When I joined Wanderfly, the core team was pretty much already in place, with directors of business development, marketing, and site production already on board. However, graduating with a writing degree and having extensive travel experience, I was able to join Wanderfly as a writer, traveler, and content manager to make sure they had a voice and a direction in the travel field (they had the tech-savvy swing taken care of). After just a few weeks, I became the de facto man for writing, editing, and blogging needs. A few weeks later, I was part of a content management division that included me and myself. Content needs, upgrades, and management all came to me and my little island of responsibility. This pushed me to be more versatile, more reliable, and more productive than in any other project I’d undertaken–in other jobs or at any time during school. At a bigger company, I may not have been given the same opportunity or had an entire company rely on the work that I did. Was I the most important part of the team? Definitely not. But was I an integral part of it? For sure. And that’s an empowering place to be right out of school.

2. You’ll be given more opportunities.

I probably don’t need to tell you that most startup jobs won’t pay as well as some of the bigger corporate and business jobs. You (or your degree) may be worth more than a startup is able to pay. But working at a startup offers a different type of reward: an incentive-based system that isn’t based on dollars, but rather in skills attained and opportunities seized. The experience will outweigh the pay cut. I (almost) guarantee it. When I first started at Wanderfly, all I had to my writer name were a few pieces in local publications. One year on, and I’ve had a column on the Huffington Post, been featured on National Geographic, published over 150 blog posts for Wanderfly, and (look, Mom!) an article on Fast Company. Other than being a thinly veiled explain-a-brag, this convinces me that I’ve had more opportunities to grow as a writer and build toward any future undertaking. I know that if I would have sought out a smaller position at a higher-paying and recognizable travel company I would still be reading through the slush pile of submissions. No thanks.

3. You’ll be able to do a lot of different things.

One of the biggest complaints I hear from peers who have entered into a more-structured, corporate position is that they are generally stuck with their main task and don’t get to branch out into other areas. Whether it’s writing, designing, filling out spreadsheets, or any other task, it’s usually a one-person-fits-one-task kind of position. If that sounds like your startup job, then, I hate to tell you, but you’re doing something wrong. Working at a startup will allow you to try on a lot of different hats, even that weird one that you didn’t think you would ever like, but find out that you did. Looking back on the past year that I’ve worked at Wanderfly, I’ve lost track of all the different tasks that I’ve been able to take part in, from video editing to destination categorization. I came into Wanderfly as a writer, but now I feel comfortable in a lot of different areas, even explaining to the developers how I broke their site and need their help to fix it. All in code-talk.

4. You will learn from true innovators.

People who start their own business have a different mental and professional makeup than those who have never gone off to create something of their own. Entrepreneurs are defined by seeing a problem and thinking of an innovative and original way of addressing it. Because of this innovative nature, entrepreneurs are some of the best people to learn from. They approach problems differently, are constantly finding solutions, and are driven to make the most out of their time and work. The Wanderfly cofounders continually challenge me when I present a problem because they often view it from a different perspective than I do, giving me a wider appreciation for the different avenues that exist for finding solutions. Innovation is more than creativity. It’s action and reaction, solving problems in a new, enlightening way. Every successful startup has true innovators, and if you find the right ones, you’ll learn plenty.

5. Your work will be recognized (as will your failures).

If I’ve learned anything from watching TV shows and movies, it’s that if you work at a big company, chances are that all of your hard work is going to be ignored by the boss or someone else is going to snag the credit. But at a startup, it’s nearly impossible not to notice a job well done or to give credit where credit is due. If you succeed, the small team will recognize it instantly, and the praise and glory is yours to bask in. Spread your arms in glory, my friend, your work has been recognized. On the flip side of that coin is that it’s also really easy to see when you’ve screwed up. For two reasons, this is a good thing. The first is that it’s nearly impossible to slack off to. Within a few days, your coasting and slacking will be noticed and the rest of the team will wonder why they are working harder than they have to. That keeps you focused and on your game. The second reason is that because failure is easier to notice, you’ll make sure to eliminate mistakes in order to avoid disappointing your colleagues. Stay focused, startup employee, and your successes will be recognized and your failures minimized. And when the rest of the team says «We couldn’t have done it without you,» you can be confident that they mean it.

6. You’ll work in an awesome atmosphere.

Let me count the ways:

-I wear jeans to work. In the summer, I wear shorts and sandals.
-If there isn’t at least one really good joke in an hour, it’s probably a slow day.
-Everyone else who works at a startup has the same drive and excitement for creation as you do.
-The startup community (and, in Wanderfly’s case, the travel community) is a great, close-knit group. All around you, people are coming up with innovative solutions to age-old problems or making that new tool that simplifies or enhances your life in some way. That entrepreneurial spirit is contagious, and if you don’t feel it or catch it, then you’re actively avoiding it.
-You can drink beer at work. But only on special occasions. Wink.

7. You’ll learn to be frugal.

Working at startup probably means that money is tight. Whether you’ve been showered with investor love or the founder has a really wealthy uncle, the company will still be thinking of ways to do more with less. No extravagance, no frills, no extraneous booze cruises (heartbreaking, I know). Instead, the business development intern will learn how to design and code the blog, the writer will sometimes do the dishes, and at the start you’ll find a way to fit nine people around an eight person table (hint: extra chair). This frugality and monetary responsibility will undoubtedly bleed into your own life as well, and you’ll end up finding new ways to find fulfillment other than burning the money you earn. Instead, you’ll probably discover a joy in creating and doing, rather than consuming. You’ll find happiness in being part of a team that is trying to make other people’s lives easier, more fun, and more manageable. Your entire life will take on a meaning of creation, and you’ll be more energized, both physically and mentally, to take on new hobbies and start your own personal projects. In the startup world, it’s all about creating more and consuming less (this does not apply to Thai food or burritos).

8. You’ll be instilled with the value of hard work, ownership, and self-sustainability.

Maybe more important than any other benefit of working at a startup is the realization that hard work, creative thinking, and tenacity are worth a whole lot. Once you’ve created something of your own, something tangible and whole, something you can touch, feel, or use, you really begin to appreciate personal ownership. For those who do not actively create, or are continuously creating for someone else’s benefit, it’s difficult to understand the great importance of personal ownership and the liberty needed to pursue that ownership. Working at a startup and spreading the news of your team’s product, a product that you helped bring into existence, instills the value of that ownership and gives you pride in your work. It is this pride, in your team’s hard-work and ability, that teaches you the importance of protecting those who do create innovative solutions and take risks.

Working at a startup also means that you and your small team are the only people responsible for your success. For some, that may trigger a response to go crawl into a corner and hope someone comes and spoon-feeds them their paycheck. For others, it’s the greatest motivation there is. To be cut off from relying on others to provide for you will undoubtedly surface skills and a determination that you didn’t know you had. At a startup, that natural wish to be self-sustainable is magnified and multiplied, triggering the do-or-die attitude that is often the difference between success and failure. No matter where you go after your stint at a startup, and especially if it is to go off and create a company on your own, that need to be self-sustainable, and the skills you picked up to make that possible, will power everything that you do.

Las 10 actitudes del emprendedor ideal

En los últimos tres años (2 con Coguan y 1 como estudiante de doctorado con ilusión de emprender) he cruzado mi camino con muchos emprendedores que admiro y de los que he podido aprender. Enrique Dubois ha publicado recientemente un post donde publica una lista de 50 emprendedores que le inspiran.

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Me siento muy honrado de formar parte de los emprendedores que menciona pero honestamente creo que todavía tengo un camino muy largo por delante para merecer de estar ahí. Los personajes que inspiran a Enrique me han ayudado a crear la lista con las 10 actitudes del emprendedor ideal:

Apasionado por el proyecto, el trabajo y su equipo.
Constante para realizar los pequeños pasos necesarios para llegar a la meta.
Paciente para seguir adelante cuando las cosas no avanzan tan rápido.
Extrovertido para no tener miedo de presentar y hablar en público.
Empático para entender lo que le piden sus clientes, los inversores y su equipo.
Convincente para pegar su pasión a toda la empresa y recibir capital de inversores.
Abierto para aceptar las criticas y estar dispuesto de cambiar de opinión.
Valiente para tomar las decisiones difíciles y empezar desde cero tras un fracaso.
Honesto para admitir que se está equivocando.
Flexible para cambiar completamente su modelo de negocio si el mercado lo exige.

¿Cuáles son vuestras actitudes del emprendedor ideal?

Consejo a emprendedores. Cuando busques financiación, habla en presente

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Después de haber visto muchas presentaciones de emprendedores buscando financiación para startups veo un fallo común de fácil solución: al hablar de tu negocio hay que hablar en presente.

-No digas «seremos». Di «somos». Cada vez que un inversor en una presentación escucha «queremos llegar a ser», «vamos a ser», «seríamos», «nos convertiremos en», etc. lo que está escuchando son dudas, riesgos, incertidumbres. Hablar en futuro resta credibilidad
-No digas «proyecto». Di «empresa». Al hablar de tu «proyecto» hace que tu negocio parezca un experimento, un trabajo de fin de carrera o un deseo. Los inversores quieren invertir en empresas, no en «proyectos». Un proyecto es algo temporal, de poca dedicación, experimental. Cuando buscas financiación quieres parecer algo serio, de dedicación plena. Reducir la impresión de riesgo.
-No digas «año 1, año 2». Di «2012. 2013». De nuevo, esos planes de negocio donde las proyecciones se hacen sobre año 1, 2, 3, etc. parecen ejercicios mentales con pocas bases de realidad. Hacen que parezca que la empresa es teórica. Todos los materiales que presentas tienen que ser, o al menos parecer, reales.

Hablar en futuro o condicional hace que tu propuesta parezca menos creíble, con más riesgo, un futurible. En las presentaciones buscando financiación tienes que tomar mentalmente la postura de que tu idea es ya una realidad.