Emprendedor: ¿Cuáles son los paradigmas que te impiden lograr las metas en tu negocio?


por Ricardo Torres G.

Los paradigmas ejercen cierto poder en todos los ámbitos de nuestra vida como en los negocios. Un paradigma es el modo en que “vemos” el mundo, no en los términos de nuestro sentido de la vista, sino como percepción, comprensión, interpretación.

Un modo simple de pensar los paradigmas, que se adecuan a nuestros fines, consiste en considerarlos mapas.

Todos sabemos que el “mapa no es el territorio”. Un mapa es simplemente una representación gráfica o textual que explica de ciertos aspectos de un territorio. Un paradigma es exactamente eso.

Como podrás entender, todos tenemos muchos mapas en la cabeza: Mapas del modo en que son las cosas, o realidades y mapas del modo en que deberían ser, o valores.

Eso es lo que ocurre cuando vamos a iniciar un negocio o ya tenemos uno, la gente anda por ahí metiéndonos miedo y terror con sus propios paradigmas (mapas), y si les hacemos caso resultan matando nuestros sueños.

Con esos mapas interpretamos todo lo que experimentamos. Pocas veces cuestionamos su exactitud, por lo general no tenemos conciencia de que existen.

Simplemente damos por sentado que el modo en que vemos las cosas corresponde a lo que realmente son o a lo que deberían ser.

Estos supuestos dan origen a nuestras actitudes y a Nuestra conducta.

El modo en que vemos las cosas es la fuente del modo en que pensamos y del modo en que actuamos.

Después de esta larga introducción de lo que es un paradigma permíteme hacerte las siguientes preguntas:

¿Cuáles son los paradigmas que te impiden alcanzar tus metas?
¿Estás alcanzando tu propósito en la vida y en los negocios?
¿Sabías que dentro de ti hay un gran potencial que probablemente nos has descubierto?
¿Cuántas cosas has querido lograr y no la has alcanzado?
Para ayudarte con las respuestas te voy a transcribir un artículo que encontré en Renuevo Plenitud escrito por Pedro Sifontes Coach for Leadership el cual te encaminara en una reflexión y puedas sacar tus propias conclusiones:


“Lo que hasta ahora no hemos alcanzado se debe a los paradigmas que tenemos de la vida. Probablemente seas de las personas que luchan cada día porque no están logrando sus metas, todavía tienen hábitos, conductas, actitudes que no logran cambiar, no pueden hacer esos cambios que les gustaría tanto.

Puede que estés en el grupo de personas que inician algo con muchas fuerzas y al cabo de un tiempo surge algo, cualquier circunstancia, que te impide terminar lo que comenzaste. Terminas conformándote y pensando que eso no es para ti. Las emociones y estados de ánimo que te embargan son de frustración y tristeza, rabia y enojo contigo mismo, infelicidad.

“Había dos niños que patinaban sobre una laguna congelada. Era una tarde nublada y fría, pero los niños jugaban sin preocupación. Cuando de pronto, el hielo se reventó y uno de los niños cayó al agua.

El otro niño viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo.

Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron:

-¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que lo haya podido quebrar, con esa piedra y sus manos ¡¡¡tan pequeñas!!!

En ese instante apareció un anciano, que dijo: -Yo sé cómo lo hizo…

-¿Cómo? – Le preguntaron al anciano y él contestó: – No había nadie a su alrededor que le dijera que no se podía hacer.”

¿Te dijeron alguna vez que no podías lograr tus sueños o te lo has dicho tu mismo?

¿Te gustaría romper con los paradigmas que están limitando tu vida?

¿Quieres cerrar las heridas del pasado y abrirte a un mejor futuro?

Estoy de acuerdo con estas palabras de Stephen Covey: “Sólo podemos lograr una mejora considerable en nuestras vidas cuando trabajamos sobre la raíz, sobre los paradigmas de los que fluyen la actitud y la conducta.”

Te deseo muchos éxitos,

Ricardo Torres G.
Creador del Blog
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Convertir la idea en negocio en 11 pasos.


Por A.Carlos González
Todo el mundo tiene ideas. Muy pocos son capaces de ejecutarlas, hacer negocio con ellas y crear una empresa alrededor de su idea. ¿Cómo convertir tu idea en un negocio?. Stephen Key, autor de “One Simple Idea for Startups and Entrepreneurs” (Una idea simple para Startups y emprendedores), lo tiene claro. Key tiene 10 pasos que seguir, los cuales deben ser efectivos, ya que a lo largo de su carrera como emprendedor ha patentado 14 productos y éstos se venden en centros de la talla de Wal-Mart.

¿Qué pasos debemos seguir para convertir una idea en un negocio?

1. Prueba rápido y constantemente tus ideas.

Key se dio cuenta que si quería comer de sus ideas, debía averiguar rápidamente si éstas funcionarían . De no ser así, él debía seguir adelante, buscar nuevas ideas y probarlas. “Pero no se prueba con tus amigos”, advierte Key. “La verdadera prueba, la prueba de fuego de tu idea es cuando la gente está dispuesta a sacar billetes de su bolsillo para tener eso que tú ofreces”

2. Entender el mercado y saber quién será tu mercado.

Debes comprender el mercado: ¿Dónde encaja tu producto, quién compraría tu producto,qué te diferencia de otros productos, puedes vender tu producto en un precio justo dentro de ese sector?. No busques ser único, o productos que no tengan competencia. La situación ideal para un negocio se da en un mercado donde todo el mundo ha dejado migajas sobre la mesa.

3. Determina el coste de fabricación.

Debes saber de antemano si tu producto se puede fabricar a un precio en el que puedas hacer dinero. Eso es fácil de averiguar, ya que únicamente debes hablar con los fabricantes para saber cuánto costaría la fabricación. Key aconseja proteger tu idea solicitando una patente provisional.

4. Calcula lo más exactamente posible tu margen de ganancia.

Si el precio de tu producto es demasiado alto, no serás competitivo. Por otra parte, si entras en una guerra de precios ajustando el margen por encima de tus posibilidades, tampoco ganarás dinero. De hecho, en este tipo de guerras nadie gana dinero al final. Si crees que tu margen de beneficio no te va a poder permitir vivir correctamente, no tengas miedo y pasa a otra idea de negocio más rentable en este aspecto.

5. Obtén información real de la opinión de los usuarios.

Dirígete a almacenes locales, asiste a ferias y eventos relacionados con el sector. Muestra tu producto a personas que estén en condiciones de tomar decisiones. La propia gente te dirá si tienes un negocio con posibilidades o si lo que tienes es una idea inservible.

6. Prueba antes de pasar a la fabricación.

Key aconseja crear una página web donde mostrar tu producto, compartirlo en redes sociales, crear un vídeo explicando los beneficios de tu producto o servicio. Lo que buscamos es encontrar luces verdes o rojas. Si aparecen demasiados comentarios negativos (luces rojas) es cuestión de plantearse si la idea de negocio merece la pena. Si por el contrario, encontramos gente dispuesta a “rasgarse el bolsillo”, tenemos negocio.

7. Hagamos nuevos cálculos.

Aunque la magia está en las ideas, finalmente, lo que mandan son los números. Volvemos a sentarnos y analizamos nuevamente los costes de fabricación y esos pequeños detalles que hayamos pasado por alto en el resto de los pasos. Una vez encajemos todas las piezas, decidiremos si comenzamos.

8. Comienza con algo pequeño.

Aunque Donald Trump aconseje pensar en grande, los comienzos deben ser pequeños, mientras aprendemos acerca de nuestro producto y nuestros clientes. Probablemente debamos hacer algunos cambios. Lo pero que le puede pasar a un emprendedor es gastarse el dinero en la fabricación y encontrarse que no es capaz de vender los productos que ya tiene fabricados.

9. Recuerda que nada es para siempre.

Hay que aprovechar el “momentum”, ya que podríamos tener mucho éxito, pero que ese éxito sea debido a que hemos creado una moda temporal. Hay que innovar constamente, crear nuevos productos, no dejar de moverse, no parar nunca.

10. Por encima de todo y ante todo, sigue intentándolo.

No te desesperes si tu primera idea no termina de arrancar, y si la segunda acaba en fracaso. Nunca te rindas, sigue intentándolo.

11. Ojo con la deuda.

No lo dice Stephen Key, pero lo digo yo. Ojo con el endeudamiento inicial. Sabemos que conseguir dinero para el inicio de un negocio no es nada fácil, pero muchos de los fracasos que he visto no han sido debidos a que la idea no funcionaba, sino que tardó en despegar más tiempo del que se calculó, los gastos fueron más de los calculados, y por tanto, el ahogo económico llegó antes de lo previsto. Ojo con eso.

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